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Terminal Norte

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Juan Ignacio Babino

Lucrecia Martel

Laso invita a una celebración del canto.

Una celebración y un encuentro de pares y del canto mismo. El primer trabajo de Lucrecia Martel después de Zama la encuentra filmando en Salta, su tierra natal. Lo que iba a ser un ensayo para una presentación importante de la cantora Julieta Laso quedó trunco por la pandemia y la búsqueda, entonces, fue por otro lado. Con Laso como matriarca del encuentro, se congregan algunas autoras y músicas de la zona: las copleras Mariana Carrizo, su hija la «Michu», la trapera BYami, el dúo de noise Whisky y Lorena Carpanchay, la primera coplera trans de los Valles Calchaquíes. Además aparecen los guitarristas Bubu Ríos y Miguel Moreira y la «reina indiscutida del piano», tal como se afirma en el film, Noelia Sinkunas. Comparten un vino, se cuentan historias de noche, hay un fuego allí atrás; de día la caminata es entre árboles y casas de adobe. Y cada una muestra, canta lo suyo a su modo: con caja, baguala, ruidos y la palabra rapeada. Con la milonga y la tonada rioplatense a cuestas, Laso y Sinkunas integran una yunta irresistible. Disponible en la plataforma Contar, este mediometraje documental se planta y habla desde el feminismo y las diversidades sexuales. «Ya viene la marica cantando la tonada», arremete Carpanchay con su caja, antes de un breve diálogo. Algunos autores interpretados aquí: Lucio Mantel, Leda Valladares, Zitarrosa, Celedonio Flores / Donato, Magal / Lotes. En medio de un paisaje nocturno, algo salvaje, boscoso, Martel muestra un canto contemporáneo.